MONTESA ESCÚTER

Desde que en 1952 Vespa se estableciera en España, las ventas de escúters fueron creciendo de modo permanente, colocando a la filial española de Piaggio a la cabeza de los productores nacionales. En esta tesitura, no es de extrañar que otra de las grandes del motociclismo español, como Montesa, tratara de entrar en el segmento del escúter, sobre todo para escapar de la depresión que el sector comenzó a sufrir a medida que se acercaba la década de los sesenta. Tras la realización del prototipo del escúter Fura, en 1958, la crisis que supuso la ruptura con Francisco Bultó (socio fundador) obligó a Montesa a volcar todo su departamento técnico en la creación del nuevo modelo, el conocido Impala. Comoquiera que en la cabeza de los directivos de la fábrica continuaba la intención de fabricar un escúter, finalmente se optó por solicitar licencia para producir el pequeño Laverda de 60 cc, un escúter italiano bien diseñado y fiable, aunque demasiado limitado para el mercado español. Contaba con la ventaja de un motor a ciclo de cuatro tiempos, fiable y más económico que sus competidores de dos tiempos, y gozaba de buenos acabados. Tras ser mostrado en la Feria de Muestras de Barcelona de 1961, acabó por comercializarse en 1963, cuando ya estaba algo anticuado e incluso, según la prensa especializada, pasado de moda. Aunque permaneció en el catálogo de la firma durante diez años, en todo este tiempo apenas se vendieron 1.580 unidades, cifra que hoy eleva a este sencillo vehículo a pieza rara, buscada por los coleccionistas y difícil de encontrar.